Cuando ella es mayor que él en la pareja

Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, A los franceses les encanta quejarse, y tienen varias palabras para hacerlo. Cuando estaba a punto de solicitar mi permiso de residencia en Francia, y obtener la ciudadanía francesa solo era un gran sueño, solía bromear con que me enteraría que me había vuelto francesa antes de recibir la carta porque me despertaría con la incontrolable necesidad de quejarme. En Francia, la queja es una manera apropiada y frecuente de comenzar una conversación. Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, En Francia, una persona que se queja es mejor percibida que una que es demasiado optimista. Polonyi experimentó esto de primera mano cuando se mudó de Francia, donde se crio, a Iowa, EE. Simplemente no lo hacían hasta que ya les era imposible no hacerlo. A Polonyi incluso se le pegó un tic estadounidense. Saludable En francés, por el contrario, no es necesario llegar a una conclusión. La actitud francesa hacia la queja es incómoda para muchos anglosajones, que argumentan que la negatividad atrae negatividad.

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La vivienda debe ser un sitio para dormir y descansar en el que las personas se sientan protegidas y gocen de privacidad y un aforo personal; en pocas palabras, un lugar donde puedan formar una familia. Todos estos elementos ayudan a hacer de una casa un hogar. Y, por supuesto, otro elemento clave es si las personas pueden costear una apartamento adecuada. Una vivienda superpoblada puede adeudar un impacto negativo en la salubridad física y mental, en las amistades con otras personas y en el desarrollo de los hijos.