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Ardiente chica - 698272

Como ninguna cedió, un pescador que por ahí pasaba atrapó a las dos. El Emperador del Cielo me ha designado rey de todas las bestias. Si no me crees, ven conmigo. El tigre accedió a acompañarle; y en cuanto los otros animales los veían llegar, escapaban. El tigre creyó que temían al zorro, y no se daba cuenta de que a quien temían era a él. Alguien fue a decirle a la madre de Zeng Shen: - Zeng Shen ha muerto a un hombre. Y tranquilamente siguió tejiendo. La anciana continuó tejiendo.

Discursos de apertura

Audición a las reidoras golondrinas que pueblan mis susurros confesarte mi amor adonde gotea la llovizna. El lobo avisa su amor voraz. A mi casona llegas y bebes de mi jeta bien servida. Mis dedos te recorren pues se atreven.