El Encantadpr De Perras
La docilidad del risco nos pesa, es su modo de protegernos, pero no pudo retenerla. El risco no pudo. El sabor. Ni con el olor del musgo impregnado en los dedos. El trece de noviembre tembló el edificio a las seis cincuenta y seis de la mañana. La intensidad final que facilita el centro de datos depende de las informaciones que los perjudicados le enviamos vía móvil. Seleccionados a dedo, somos sus vasallos, los elegidos. Los damnificados.
Consultas recientes
Mírenme si no, con mi mejor gala recién planchado, camisa de un lechoso inmaculado, corbata con el nudo bien ajustado, zapatos lustrados hasta parecer espejos Entonces oí esa carcajada dantesca que lo ocupó todo, noté mi badana erizarse, mis ojos abrirse.. Atropellé a mis fantasmas gemelos con dificultad y conseguí salir de allí, todos mis miedos siguieron riendo hasta que recuperé el silencio. No sabia como habia llegado hasta esta parte de la ciudad y es que llevaba una temporada abusando en exceso del alpiste. Se trataba de una zona alternativo con todos los males que nuestra sociedad nos brinda. Tenía una batiburrillo de miedo y resaca porque había escuchado desde chaval miles de historias sobre heroina, putas y problemas. LLegué a unas doscientas pulsaciones al bifurcación del puente y creí ver a un taxi que se acercaba. Me subí en él y ahí se acabo todo.